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miércoles, 3 de marzo de 2010

Terremotos, seguros y posibles sorpresas

¿Cuánto cuesta en términos promedio hoy este tipo de coberturas? En realidad es alrededor de 0.3 % del valor del inmueble, pero debe considerarse que en la práctica esta cobertura no se vende sola, sino que incluye también una serie de coberturas adicionales
gestion.pe  Miércoles 03 de marzo del 2010
Kurt Burneo (*)
El terremoto ocurrido hace unos días en Chile tendrá una serie de consecuencias económicas, no solo sobre dicho país sino también en países como el nuestro. Uno de los efectos principales estará asociado a lo que en el futuro ocurrirá con los costos de los seguros que coberturan distintos tipos de predios e infraestructura en nuestro país, pero también podría originar la toma de conocimiento de desagradables sorpresas para algunos propietarios de estos, en el proceso de búsqueda de cobertura para su propiedad inmobiliaria. Algunas ideas sobre los aspectos antes mencionados las refiero a continuación.
Si dejamos de lado la propiedad inmueble para fines comerciales e industriales y solo nos referimos a las viviendas en el Perú, solo el 1% de más de 6 millones de viviendas están cubiertas a través de una póliza de seguros frente a este tipo de siniestros (incluso, tal como lo señala Gestión ayer, el 90% de este 1% resulta de la exigencia del banco para otorgar un crédito hipotecario que permitió la compra del inmueble), sabiendo que el Perú se encuentra geográficamente en una zona sísmica (Cinturón de Fuego del Pacífico), entonces el 99% de las viviendas o más bien sus propietarios, afrontan al descubierto el riesgo de pérdida patrimonial frente a este tipo de eventos adversos.
¿Cuánto cuesta en términos promedio hoy este tipo de coberturas? En realidad es alrededor de 0.3 % del valor del inmueble, pero debe considerarse que en la práctica esta cobertura no se vende sola, sino que incluye también una serie de coberturas adicionales como parte de la póliza a contratar; y es por demás evidente que dado lo ocurrido en el país del sur, tanto por mayor demanda como también por acción de las reaseguradoras, el precio en el futuro de este tipo de coberturas tenderá a ser mayor. Considérese además que la mayor parte de compañías de seguros locales vencen sus contratos con las reaseguradoras a fines del mes de junio, entonces no está muy distante en el tiempo esta previsible elevación de las primas relacionadas a este tipo de siniestros.
Pero no todos los inmuebles son asegurables automáticamente ni sujetos a las primas promedio antes referidas. Por ejemplo, en el caso de las viviendas con 10 años de antigüedad o más, por lo general la compañía de seguros hará previamente una inspección técnica de esta vivienda, claro, la calificación de esta estará en función del grado de solidez de la construcción efectuada, Así, por ejemplo, una vivienda de Grado 1 lo detenta aquella construida con ladrillos y cemento en su integridad; Grado 2 cuando en la construcción se empleó ladrillo y cemento, pero con techo aligerado, etc., y así sucesivamente, donde está claro que cuanto más endeble sea la construcción mayor será la prima a pagar. Pudiendo darse el caso de inmuebles que no serían asegurables, al no alcanzar estándares técnicos mínimos, y esa podría ser la fea sorpresa que próximamente podrían tener algunos, propietarios de viviendas que no cuentan con seguro alguno, pero intentaron contar con él.
El caso se hace mucho más complicado cuando nos referimos a viviendas edificadas en los conos de las ciudades donde la construcción no fue hecha bajo estándares técnicos fundamentales, sin un adecuado estudio de suelos, ni con el concurso de un arquitecto ni de un ingeniero civil (sobre todo para ver el tema de estructuras), sino solamente con el concurso de un maestro de obras, con el añadido que en aras de promover la actividad constructora se ha flexibilizado notablemente el desarrollo de proyectos inmobiliarios, en los que la constatación de problemas en la construcción se efectúa solo ex post.
Al final creo que al margen de las sorpresas desagradables que podrían comenzar a aparecer en ciertos segmentos de viviendas (de mayor valor), se requiere iniciar una acción preventiva por el lado del Estado para el resto, comenzando con el desarrollo de un plan de verificación técnica de los inmuebles actuales, comenzando por los de menor valor y sobre esa base proponer acciones correctivas a sus propietarios, usando para el financiamiento parte de los subsidios estatales que ahora están dirigidos a los programas de vivienda. No esperemos que ocurra una catástrofe para comenzar a actuar.
(*): Catedrático - Universidad San Ignacio de Loyola.

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