El presente latinoamericano

OPINIÓN |

Sorprendentemente, la crisis ya está en retirada y la población latinoamericana no ha sido engañada. Incluso, la gente en la región ni siquiera ha culpado a sus gobernantes por lo sucedido, los niveles de aprobación presidencial en la gran mayoría de países no han disminuido.

peru21.pe Dom. 28 mar 2010

Autor: Fritz Du Bois

Latinoamérica siempre ha sido la región del futuro que tiene un rico pasado y el presente es el tiempo que no manejamos adecuadamente. En los últimos 50 años, por fijar un plazo, cada vez que parecía que era nuestra oportunidad ocurría una crisis internacional y caíamos nuevamente en el populismo retrocediendo por detrás del punto de partida, perdiendo posición en el plano mundial. Taiwán, Corea o Portugal, que al inicio de ese periodo eran comparativamente pobres, hoy son países inmensamente más ricos que cualquiera de los nuestros. 

Por eso, cuando hace año y medio explotó la crisis financiera internacional, luego de cuatro años de crecimiento espectacular que a muchos llevó a pensar que finalmente nuestro turno había llegado, temimos que se repetiría la historia y la demagogia recibiría otro impulso regional. Recordemos que la crisis argentina a inicios de la década fue el catalizador que facilitó al chavismo el cruzar fronteras. 

Sorprendentemente, la crisis ya está en retirada y la población latinoamericana no ha sido engañada. Incluso, la gente en la región ni siquiera ha culpado a sus gobernantes por lo sucedido, los niveles de aprobación presidencial en la gran mayoría de países no han disminuido.

Todo ello demuestra un nivel general de madurez entre los latinoamericanos, quienes no solo son conscientes de lo ocurrido sino que además saben que lo que se requiere es persistir en el rumbo y no patear el tablero en busca de un corte de camino. El mantenimiento de políticas estables durante los últimos 20 años en diversos países está reconstruyendo una clase media que fuera destruida por los desastres demagógicos de los 70 y 80, clase media que está más interesada en pagar su hipoteca y en mejorar la educación de sus hijos que en poner todo su plan de vida en riesgo por tirarse al vacio con el predicador populista de turno. 

Este alentador desarrollo ocurre ad portas de cuatro importantes elecciones luego del cambio de rumbo chileno, empezando por Colombia, en mayo, donde es casi seguro que se mantendrá la corriente 'uribista’.

Continúa Brasil, en octubre, y allí el cambio sería fundamental. La prudencia fiscal de Lula fue una sorpresa inicial y le ha dado muy buenos resultados. Sin embargo, Brasil todavía es una economía bastante cerrada y es un país con una corrupción estatal de la magnitud de Rusia, Nigeria o Pakistán a nivel mundial. Asimismo, Lula compensa ortodoxia interna con heterodoxia externa, apoyando a Chávez entre otras joyas. Un cambio sería no solo refrescante sino que permitiría a Brasil dar el gran salto que siempre se ha pronosticado pero que nunca ha dado. 

Luego viene Perú, donde el chavismo en la actualidad no alcanza el 15% de apoyo a nivel nacional. Se cierra el ciclo electoral en octubre de 2011 con Argentina, donde si llegan a la elección sin sufrir otra crisis aun mayor será un milagro, ya que a la pareja especializada en saqueos se le están agotando los 'botines’ para seguir engañando. Parecería inevitable que en ese país se dé un cambio dramático. 

Así que, al final de 18 meses, podríamos encontrar a los principales países de la región con gobiernos prudentes y una población priorizando la estabilidad, en el contexto de una economía mundial en recuperación. Parece que finalmente estaríamos camino al presente.