Estados Unidos es el único país avanzado que no tiene un sistema de salud pública gratuita para la población en general, sino que los cuidados médicos se administran mediante compañías aseguradoras.
POR JULIE PACE
THE ASSOCIATED PRESS Publicado el viernes, 03.19.10
El presidente Barack Obama habla sobre la reforma de los seguros médicos en la Universidad George Mason de Fairfax, en Virginia, el viernes, 19 de marzo del 2010.
FAIRFAX, Virginia, EE.UU. -- El presidente Barack Obama pronunció el viernes un apasionado discurso en que exhortó a los estadounidenses a apoyar la reforma del sistema de salud, afirmando que de ello depende la capacidad del país de preservar su justicia social y enfrentar los retos económicos del futuro.
Ya que el resultado de la votación del domingo dependerá de unos cuantos votos demócratas, Obama dijo ante una entusiasta multitud de partidarios en una universidad de Virginia que el proyecto beneficiará a la sociedad estadounidense.
Los demócratas aún no tienen los 216 votos necesarios para aprobar la medida, por lo cual la dirigente Nancy Pelosi sostenía reuniones urgentes con los legisladores indecisos para tratar de convencerles.
El tema de la reforma ha despertado un caluroso debate en la sociedad estadounidense. Estados Unidos es el único país avanzado que no tiene un sistema de salud pública gratuita para la población en general, sino que los cuidados médicos se administran mediante compañías aseguradoras.
Si es aprobada, la propuesta prohibirá a las compañías de seguros negar la cobertura a personas con dolencias preexistentes, cesar la cobertura cuando se enferma una persona o imponer límites anuales o de por vida en los cuidados médicos, además de requerir cuidados paliativos gratuitos y permitirá que los hijos queden incluidos en la póliza de sus padres hasta que cumplan 25 años.
Obama expresó que si la propuesta falla, "la industria de los seguros seguirá abusando sin control alguno".
Mientras tanto, en el Congreso, la atención se enfocó en el representante demócrata John Boccieri, quien anunció que apoyaría el proyecto de ley, a pesar de haber votado en su contra en una versión anterior.
Obama pidió a los legisladores que miren más allá de las discrepancias menores y contribuyan al significado del histórico momento.
"Es un debate no sólo sobre el costo de los cuidados médicos sino el carácter de nuestro país, sobre si podemos seguir encarando los desafíos de nuestro tiempo, sobre si seguimos siendo una nación que da a sus ciudadanos la posibilidad de lograr sus sueños", dijo Obama.
En referencia a la creación hace décadas de la Seguridad Social y el Medicare, el seguro médico de los jubilados, indicó que "cuando hemos encarado esas decisiones, esta nación eligió repetidamente extender sus promesas a más gente".
"Sé que será una votación difícil. Sé que Washington ha tratado este debate como un deporte", insistió el mandatario.
Obama dijo que el proyecto de ley, de ser aprobado, implantará "las reformas aseguradoras más drásticas de la historia" y "reducción de impuestos más grande de la historia para la gente de clase media".
"Nos referimos a una reforma de sentido común", indicó. "Han escuchado ustedes muchas bobadas" al respecto, agregó.
"Pese lo desagradable que es este proyecto, y lo frustrante que es este proyecto, y lo feo que puede ser este proyecto, cuando hemos encarado dichas decisiones en nuestro pasado, esta nación eligió repetidamente extender sus promesas a más gente", insistió Obama.
Fue el cuarto mitin sobre cuidados médicos protagonizado por el mandatario sobre el seguro médico en las últimas dos semanas, y su última defensa de un proyecto que ha dominado su agenda. El mandatario postergó hasta junio su viaje a Indonesia para hacer presión entre los legisladores demócratas a fin de que aprueben el proyecto. Ante la importancia política de su aprobación, el mandatario habló con la voz al cuello y, algo inusual, se desvió sustancialmente del texto que trajo preparado, con un tono campechano preñado de sombrías advertencias en caso de que sea rechazado.
Los 8.500 asistentes respondieron con entusiasmo la arenga de Obama, aunque unas pocas personas le abuchearon e interrumpieron. Una de ellas le gritó "No al socialismo".
Obama se mantuvo firme. "¿Esto da más ventaja a los demócratas o a los republicanos? ¿Cuál es su significado para Obama? ¿Quedará tullida su presidencia? .... ¿O se recuperará?", bromeó el mandatario. "Mucha de la información procedente de Washington parece un juego deportivo. Es considerada un deporte, quién gana y quién pierde, todo el mundo sigue el marcador mientras los equipos siguen jugando", agregó.
Con todo, Obama reconoció la dificultad que encaran los legisladores que no han anunciado aún su posición ante el proyecto de ley.
"Sé que será una votación difícil. Sé que todo el mundo se dedica ahora en Washington a contar los votos ... Vamos a arreglar el sistema de los cuidados médicos en Estados Unidos".
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