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lunes, 15 de marzo de 2010

Ética y pragmatismo no se oponen en la política

Lo que parece urgente es que quienes aspiren al sillón municipal tienen que empezar a sincerar sus historias de vida, explicar los puntos oscuros de su pasado en la gestión pública y la solidez de sus principios; presentar su agenda de gobierno y los alcances de una gestión que, además de eficiente, tiene que ser limpia.
Editorial del “El Comercio”
elcomercio.pe Lunes 15 de Marzo del 2010
A siete meses de las elecciones municipales, las encuestas locales van mostrando fotografías más claras sobre las preferencias del electorado respecto de los candidatos a las alcaldías del país. En el caso de Lima, aunque las diferencias son estrechas, todo indica que Lourdes Flores Nano ha superado a su más cercano competidor, Alex Kouri, aun cuando la primera no ha oficializado todavía su candidatura al Concejo Metropolitano.
Sin embargo, más allá de las estimaciones globales, los sondeos arrojan también otros indicadores interesantes que algunos políticos se niegan tercamente a valorar, pese a que traducen lo que de manera reiterada hemos venido repitiendo en esta columna: que la ética y el pragmatismo en la política no se oponen, y que la ciudadanía demanda votar por quien ofrezca una gestión transparente y al mismo tiempo eficiente.
Por ejemplo, la encuesta de El Comercio, realizada por Ipsos Apoyo S.A., revela alentadoramente que el viejo cliché “No importa que robe con tal que haga obra” es solo eso: una frase hecha.
Y es que para el 55% de los encuestados el principal requisito del alcalde debe ser su honradez y honestidad; 43% espera que cumpla lo que prometió en la campaña y 32% pide que se preocupe por los problemas de la ciudad. Atributos que, como se ve, se complementan entre sí y que, en todo caso, destacan la importancia de la transparencia en el gobierno municipal para electores cansados de soportar autoridades envueltas en escándalos y aprovechamiento de la función y los fondos públicos.
Sin embargo, eso no es todo. El sondeo precisa que colocados en la encrucijada de votar por el más honrado versus el más eficiente, cerca del 70% de los encuestados prefieren un alcalde honesto y sin experiencia, a un eficiente con imagen de corrupto. Además, el 49% cree que el resto del electorado también preferiría un candidato honesto a un pragmático con rabo de paja.
Bajo estos resultados, que coinciden con las encuestas del Instituto de Opinión Pública de la Pontificia Universidad Católica del Perú, es claro que una candidatura asociada a la lucha contra el flagelo de la corrupción la convierte en la mejor opción ante cualquier otra, aunque esta venda experiencia y preparación para administrar la ciudad y sus problemas.
Una segunda tarea para los candidatos es reconocer que las imágenes que proyectan y las percepciones que generan en la población también están íntimamente asociadas a su trayectoria política, por positiva o negativa que esta haya sido. La encuesta de la PUCP muestra que hablar hoy de Flores Nano es referirse a la lucha anticorrupción, su oposición al gobierno aprista y su experiencia política. En cambio, a Kouri se lo asocia con el régimen actual y, luego, con la posibilidad de que podría hacer una mejor gestión. ¿Cuánto pesarán estas imágenes en el electorado? Aún es temprano para lanzar una apreciación.
Lo que parece urgente es que quienes aspiren al sillón municipal tienen que empezar a sincerar sus historias de vida, explicar los puntos oscuros de su pasado en la gestión pública y la solidez de sus principios; presentar su agenda de gobierno y los alcances de una gestión que, además de eficiente, tiene que ser limpia.

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