Por el contrario, Kouri negocia políticamente y siempre pide algo; entiende el ejercicio del poder como un toma y daca. No da puntada sin hilo.
larepublica.pe Mié, 10/02/2010
Por Antonio Zapata
Pocos recuerdan que Alex Kouri acudió en ocho oportunidades a la sala del SIN para conversar con Vladimiro Montesinos. De hecho, es la persona que más aparece en los vladivideos y su presencia es tan seguida que sobrepasa incluso a los miembros del partido de Fujimori.
Alex Kouri no incurre en corrupción en ninguna oportunidad. En su caso no se aprecia montañas de billetes, como las de Crousillat, Schutz y otros broadcasters de la TV peruana. Por el contrario, Kouri negocia políticamente y siempre pide algo; entiende el ejercicio del poder como un toma y daca. No da puntada sin hilo.
En una ocasión, solicita que varias dependencias del Ejecutivo cancelen deudas que sostenían con la Municipalidad del Callao. Inmediatamente antes, había planteado una serie de medidas audaces para posicionar una posible candidatura a favor del gobierno. Era tan obvio que se trataba de un negociado, que al retirarse Kouri, ingresa el coronel Huamán, quien estaba encargado de grabar y solía evaluar con VMT la entrevista que venía de terminar. Ese día, Huamán le dijo crudamente a Vladimiro, “te darás cuenta que ha venido por plata”.
En otro vladivideo, Kouri conversa sobre la autopista Elmer Faucett, entonces aún en etapa de proyecto. Para cobrar peaje, el entonces alcalde chalaco necesitaba modificar una norma y transformar una vía urbana, que legalmente no debe pagarlo, para darle otra categoría susceptible de hacerlo. Pues bien, Kouri no acude al Legislativo ni siquiera al Ministerio de Transportes. Por el contrario, arregla directamente con el Servicio de Inteligencia. Demuestra astucia –sabe dónde se halla el poder real– tanto como ausencia de escrúpulos, pues se salta la institucionalidad sin ningún problema.
Sus propuestas siempre son atrevidas y se revela como un táctico fino. Por ejemplo, el 28 de enero de 1998 le pide a Montesinos que el Congreso emita una ley desfavorable para el Callao. Esa norma le permitiría movilizar a la población contra el Legislativo, pidiéndole al presidente Fujimori que la observe. Cuando esto suceda, él organizaría un agradecimiento monstruo en el Primer Puerto. Más adelante, en plena campaña del 2000, Kouri plantea una gigantesca operación de limpieza de humedales, que permitiría la visita de Fujimori y una aparición conjunta para evidenciar ante los chalacos su apoyo a la re-reelección.
En ninguna ocasión Kouri desarrolla ideas de fondo. Por el contrario, VMT sí tuvo algunos interlocutores con quienes conversó seriamente de política. Por ejemplo, en un vladivideo con Patricio Ricketts se aprecia una conversación de nivel. No es el caso de las ocho entrevistas de Kouri. Todas son chatas. Se trata de negocios entre poderosos, que buscan ayudarse y desarrollan una relación de confianza.
Pero no por esto vaya a pensarse que Kouri es un pájaro de poca monta. Pocos como él llevan la delantera en sus tratos con Montesinos. A la inmensa mayoría, VMT les ordena que hagan esto o aquello. A Kouri no. Él propone y antes de apoyar sabe obtener su parte. Incluso le dice a VMT, que a Toledo hay que “dinamitarlo por dentro”. Con ello quería decir que debía quitarle sus congresistas. Le menciona varios nombres, entre ellos su hermano Alberto. El resto es historia conocida. Alberto se vendió, quedó registrado y cuando se filtró, esa imagen tumbó a Fujimori.
En estos días, febrero del 2010, la competencia por el sillón de Nicolás de Ribera el Viejo empieza estando empatados en las encuestas Lourdes Flores y Alex Kouri, quien puede ganar, porque es mucho más astuto que su rival, que se caracteriza por su ingenuidad. Aunque, ella es mejor persona, más transparente y confiable. Además, si él gana, Keiko Fujimori recibiría un gran empujón.
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