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martes, 20 de julio de 2010

Timón cambiado

RINCÓN DEL AUTOR
La llegada de más caminos, vehículos a precios que están al alcance de la población local, teléfono e Internet, electricidad y televisión está produciendo una explosión comunicativa que, en mi opinión, sustenta el pequeño milagro económico de esas provincias.
elcomercio.pe Lunes 5 de Julio del 2010
Por: Richard Webb
No cesa la insistencia en prohibir los autos con timón cambiado. Antes de tomar esa decisión, sugiero reflexionar si lo que hace falta es más bien un cambio de timón en las prioridades del país.
Durante un viaje a la provincia de Acobamba, en las alturas de Huancavelica, que desde siempre ha sido una de las más olvidadas y más pobres del país, me di con la sorpresa de encontrar un movimiento inesperado de vehículos, carga y personas. En el centro poblado de Acobamba operan varios comités de transporte — todos de reciente data— que hacen servicio a Huancayo, Huanta, Huancavelica e incluso a Lima. El mismo fenómeno me sorprendió en Chumbivilcas, otra provincia olvidada de la sierra, pero hoy conectada y con un tráfico frecuente a Arequipa, Juliaca, Cusco y Lima. No hice un censo vehicular, pero era evidente que la gran mayoría de los automóviles eran en ambos casos las famosas (o infames) camionetas blancas japonesas con timón cambiado. Apoyando a esa flotilla que se dedica a los viajes interprovinciales, en los centros poblados mayores de esas provincias trabajaban otras flotillas, pero de mototaxis, para el movimiento urbano. Y a pesar de que en Acobamba los caminos todos son de tierra, algunos afirmados y otros de pura aventura, casi no existen los automóviles o camionetas 4×4. Me atrevo a afirmar que San Isidro en Lima cuenta con más 4×4 que todo Acobamba.
Me pregunto, entonces, ¿qué sería de esas provincias de no haberse permitido el ingreso de los vehículos de timón cambiado? O si se impusiera la opinión de que los mototaxis son una peste que está destrozando la tranquilidad y la seguridad de los pueblos. La llegada de más caminos, vehículos a precios que están al alcance de la población local, teléfono e Internet, electricidad y televisión está produciendo una explosión comunicativa que, en mi opinión, sustenta el pequeño milagro económico de esas provincias.
Ciertamente el auto con timón cambiado no es lo ideal, menos aún lo es para Lima. Pero cuando se comparan las ventajas y las desventajas de esos vehículos, sugiero que la balanza no refleje las prioridades perfeccionistas y formalistas (y a veces engreídas) del ciudadano de Miraflores o Monterrico, sino las necesidades urgentes y prácticas del ciudadano de Chumbivilcas o Acobamba. Antes de obligar a que gente pobre compre automóviles costosos, podríamos reducir la contaminación limitando la circulación urbana de vehículos con innecesaria potencia y que llevan un solo pasajero.

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