EDITORIAL DEL “EL COMERCIO”
Recordemos que la educación peruana será mejor cuando los planteles estatales funcionen como los particulares; cuando el Gobierno Central eleve el presupuesto que destina a la escuela; cuando se entienda que formar a las futuras generaciones no es un gasto del erario nacional sino una valiosa inversión.
elcomercio.pe Martes 6 de Julio del 2010
Medio millón de docentes de la educación básica, secundaria y superior celebrarán hoy el Día del Maestro, en un momento, sin duda, auspicioso para quienes tienen en sus manos la formación de las futuras generaciones de nuestro país.
Es claro que pese al gravitante quehacer y papel que cumplen los docentes, el apoyo que estos han recibido de manos del Estado ha sido históricamente insuficiente. Sin embargo, también es cierto que el advenimiento del siglo XXI ha traído consigo un cambio de timón para la educación local, la cual hoy exhibe mejoras que, sin duda, deberán ser profundizadas en el futuro cercano por el próximo gobierno.
Entre el 2001 y el 2006, hubo un avance cuando se tomó conciencia de la crisis de la educación pública y la sociedad empezó a plantear alternativas. El gobierno de entonces reajustó parcialmente los sueldos de los profesores en una escala que, si bien no fue la óptima, puso sobre el tapete lo desfasado de esos haberes. Lamentablemente, aquel incremento no implicó necesariamente una mejora en la calidad educativa.
En ese sentido, un logro medular del actual régimen, bajo la gestión del ministro José Antonio Chang, ha sido asociar el aumento de las remuneraciones con el principio de meritocracia en la función magisterial.
Así, la aplicación de concursos masivos para que los profesores ocupen las plazas disponibles en los colegios estatales no solo ha permitido elevar los sueldos de los maestros —y en ciertos casos doblarlos—, sino garantizarles cierta estabilidad laboral, de acuerdo con sus calificaciones y competencias profesionales.
Además se ha iniciado un interesante proceso de revalorización de la capacitación docente, que debería ser permanente, pero que en la práctica ha dependido de la disponibilidad de tiempo y de recursos de los profesores, principalmente de colegios particulares.
Hoy existe la percepción cada vez más generalizada de que el maestro es un profesional con derechos y también con deberes.
Será tarea del próximo gobierno que asuma las riendas del país el 2011 continuar por esta senda, dentro de lo que establecen la Ley de la Carrera Pública Magisterial, el Proyecto Educativo Nacional y el Consejo Nacional de Educación. Igualmente, tendrá que seguir trabajando para erradicar el analfabetismo, mejorar los índices de capacidad lectora y de comprensión lógico-matemática, que en los últimos años han mostrado valiosos logros.
Del mismo modo, deberá proseguir las tareas iniciadas en materia de infraestructura, construcción, remodelación y equipamiento de colegios. La exitosa experiencia de los colegios de Fe y Alegría resulta ilustrativa sobre cuán importante es contar con el apoyo del Estado, con la participación de los padres de familia y del sector privado, sobre todo ahora que el país discute una ley de mecenazgo.
Recordemos que la educación peruana será mejor cuando los planteles estatales funcionen como los particulares; cuando el Gobierno Central eleve el presupuesto que destina a la escuela; cuando se entienda que formar a las futuras generaciones no es un gasto del erario nacional sino una valiosa inversión.
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