El latido cardíaco del Apra

COMENTARIO DEL EDITOR

Quizás lo que hace falta, en el fondo, y en beneficio de la imagen del partido y de la normalización de su ritmo cardíaco, es la puesta en blanco y negro de una agenda de crisis con otra al costado que determine su manejo sin subterfugios.

elcomercio.pe  Viernes 30 de Abril del 2010

Por: Juan Paredes Castro

En su mayor crisis de relación con el Gobierno son tres los temperamentos corporales cruzados en el acelerado latido cardíaco del Apra.

Uno, el de más complejo riesgo, pasa por la convocatoria urgente a un plenario nacional, como instancia determinante para afianzar la línea de mando del partido, actualmente afectada por las denuncias públicas que obligan a los secretarios generales, Jorge del Castillo y Omar Quesada, a un rápido esclarecimiento de sus respectivas responsabilidades.

Otro, sometido a un sedante estratégico, se inclina por un acuerdo del Comité Ejecutivo Nacional que considere ganar tiempo y ponerle paños tibios a la coyuntura, mediante un mensaje dirigido a calmar las iras del presidente Alan García y buscar con él, como jefe supremo del partido, una solución más negociada conciliadora a la crisis interna de la cúpula.

Y el tercero, mucho más oculto en el diagnóstico, que preferiría dejar todo en las palabras y los gestos y permitir que “las aguas retornen a su nivel”, en lo que constituirían pequeños y medianos controles de daño (con cabezas no puestas a rodar) allí donde importantes dirigentes del partido se habrían visto envueltos y podrían ser pasibles de eventuales investigaciones parlamentarias y penales.

Todo hace suponer que el primer temperamento, el de la convocatoria urgente a un plenario nacional, sería el único capaz de garantizarle al Apra una salida capaz de airear la tensión interna y la relación de confianza con García, precisamente en el tramo crucial final de su gobierno, hoy más sujeto que nunca al escrutinio público.

No obstante representar este temperamento, la oportunidad de ventilar argumentos contrapuestos y de zanjar sospechas, presunciones y responsabilidades, de cara al propio partido y al gobierno, aparentemente no hay consenso suficiente para ir a un plenario nacional como tampoco hubo en las últimas 48 horas voluntad tenaz para convocar al Comité Ejecutivo Nacional, tal como se había anunciado desde el miércoles.

Quizás lo que hace falta, en el fondo, y en beneficio de la imagen del partido y de la normalización de su ritmo cardíaco, es la puesta en blanco y negro de una agenda de crisis con otra al costado que determine su manejo sin subterfugios.