Precisamente en este país políticamente desestructurado y con una economía en crecimiento, no es nada extraño que haya preocupación cuando de pronto, cambios bruscos en la intención de voto, tocan las fibras sensibles de una estabilidad democrática que nos ha costado mucho recuperar y sostener.
¿Cómo puede decir el señor Ollanta Humala que los peruanos no deberíamos preocuparnos de la supuesta asociación de su alza en las encuestas con el factor de incertidumbre que ella pudiera despertar en los medios económicos y financieros del Perú y el extranjero?
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